“El que anda con sabios, sabio será;
Mas el que se junta con necios será quebrantado”
Proverbios 13:20
En nuestra cultura hay muchos dichos comunes que hacen parte de nuestra vida diaria, normalmente estos provienen de nuestros padres y componen un tipo de filosofía de vida colombiana.
Curiosamente en algunos casos la Biblia nos muestra enseñanzas claves que parecen ser el origen de algunos de esos dichos populares.
Con seguridad en nuestra infancia o adolescencia escuchamos una famosa frase dicha por nuestros padres: “dime con quien andas y te diré quien eres”. Esto no está escrito en la Palabra, pero la Biblia sí nos enseña algo acerca de con quien nos rodeamos.
2 Corintios 6.14 nos dice: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” en este caso Pablo siendo inspirado por el Espíritu Santo, escribe que los cristianos no debemos unirnos en yugo desigual con aquellos que no han creído en Cristo como su salvador, porque es imposible que la Luz comparta con las tinieblas. Pablo no nos anima a que nos aislemos del mundo, sino que no busquemos tener una relación muy cercana con aquellos que no quieren agradar a Dios, porque buscaran que nosotros actuemos tal y como ellos, alejandonos del Señor.
El libro de proverbios nos muestra un enfoque diferente de las misma verdad. Salomón escribió “El que anda con sabios, sabio será” En este caso la invitación es a compartir y convivir con sabios, pero debemos recordar que alguien verdaderamente sabio es aquel que teme reverentemente a Dios. Si compartimos nuestro tiempo con estas personas, podemos aprender de ellos, ser animados y exhortados, y temer a Dios de la misma manera.
¿De quien nos rodeamos? ¿Con quien estamos compartiendo nuestro tiempo?
¿Preferimos rodearnos de gente que busca agradar a Dios, o de aquellos que viven su vida completamente ajena a Él?
Juan Carlos Ocampo
Curiosamente en algunos casos la Biblia nos muestra enseñanzas claves que parecen ser el origen de algunos de esos dichos populares.
Con seguridad en nuestra infancia o adolescencia escuchamos una famosa frase dicha por nuestros padres: “dime con quien andas y te diré quien eres”. Esto no está escrito en la Palabra, pero la Biblia sí nos enseña algo acerca de con quien nos rodeamos.
2 Corintios 6.14 nos dice: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?” en este caso Pablo siendo inspirado por el Espíritu Santo, escribe que los cristianos no debemos unirnos en yugo desigual con aquellos que no han creído en Cristo como su salvador, porque es imposible que la Luz comparta con las tinieblas. Pablo no nos anima a que nos aislemos del mundo, sino que no busquemos tener una relación muy cercana con aquellos que no quieren agradar a Dios, porque buscaran que nosotros actuemos tal y como ellos, alejandonos del Señor.
El libro de proverbios nos muestra un enfoque diferente de las misma verdad. Salomón escribió “El que anda con sabios, sabio será” En este caso la invitación es a compartir y convivir con sabios, pero debemos recordar que alguien verdaderamente sabio es aquel que teme reverentemente a Dios. Si compartimos nuestro tiempo con estas personas, podemos aprender de ellos, ser animados y exhortados, y temer a Dios de la misma manera.
¿De quien nos rodeamos? ¿Con quien estamos compartiendo nuestro tiempo?
¿Preferimos rodearnos de gente que busca agradar a Dios, o de aquellos que viven su vida completamente ajena a Él?
Juan Carlos Ocampo
