El mundo nos invita a que seamos lideres efectivos, ganadores, campeones y vencedores, todo esto desde el punto de vista mundano y con el proposito de obtener bienes o privilegios materiales. Lastimosamente esto se ha infiltrado a la iglesia y ahora muchos pastores invitan a los creyentes a que sean “campeones”en el nombre del Señor, pero se desvían del verdadero llamado que Dios nos hace a ser vencedores.
El libro de apocalipsis utiliza el término vencer en 10 ocasiones refiriendose a los seguidores de Cristo, sin embargo en ninguna de estas ocasiones se menciona que el vencedor sera aquel quien sea reconocido por todos, aquel quien posea muchos bienes o quien tenga la iglesia más grande, el vencedor que nos muestra Biblia es muy diferente.
En cada uno de los mensajes que Jesús dirigió a las siete iglesias se incluye una promesa, esta promesa comienza con las palabras “al que venciere...” y contiene siete hermosas promesas que Jesús hace a cada vencedor, pero lo importante es saber quienes son estos vencedores. Cada iglesia de apocalipsis pasaba por situaciones diferentes que mostraban su cercanía o lejanía del Señor, pero Jesús siempre extiende la promesa a los que vencieren, es decir a aquellos que permanecieren en Él a pesar de las circunstancias que estuvieran a su alrededor, aquellos que permanecieran en santidad apartados para Dios a pesar de que el mundo los atrajera o los atacara, aquellos que estando bien permanecieran sin confiarse o enorgullecerse y aquellos que estando mal se arrepintieran y decidieran seguir caminando con Jesús.
El vencedor no es aquel que se cree más espiritual que los demás, el vencedor es aquel quien permanece en la carrera, caminando con Jesús, obedeciendole, viviendo en santidad y fallando, pero arrepintiéndose y volviendo al camino. Jesús nos dijo que debemos permanecer (Juan 15), esto es lo que hace un vencedor, permanecer con Jesús.
Mientras estemos en este mundo seguiremos en la carrera, solo Pablo al ver la inminencia de su muerte pudo decir “he acabado la carrera” , pero ninguno puede decir que ya lo logro todo, que ya venció, sino que debemos seguir corriendo pegados a Jesús para al final Jesús pueda decirnos vencedores.
Juan Carlos Ocampo